Ayer me percaté de mis arrugas y estático quedé frente al espejo, mis canas cada día mas numerosas se nota que me estoy poniendo viejo. (BIS)
Me siento bastante duro no siento cansancio alguno, ni estoy enfermo lo que pasa es que el cuerpo envejece aunque el alma mantenga su temple, ella es lo eterno.
Aquellos mis días de infancia van quedando en la distancia, para el recuerdo esperando que el tiempo desfile, rehén de ignotos añiles mis días postreros.
Confieso haber llorado muchas veces victima de nostalgias pasajeras, reveses que nos dan las advertencias haciendo del placer una quimera. (BIS)
No se sublevó mi orgullo ni una queja ni un murmullo, viví mi pena exaltado entre nubes y brisa, en busca de alguna sonrisa la más sincera.
Iracunda tarde gris sin un sol sin un matiz, tarde serena en tus brazos quisiera rendirme si vuelves y luego morirme, en primavera.
